Una de las premisas que más claramente evidencia la profundidad y sabiduría implícita de la Medicina Tradicional China (MTC) es aquella que expresa “en medicina china no hay enfermedades sino enfermos”, en ella se refleja en primer lugar la visión holística e integral que se tiene del cuerpo humano y al mismo tiempo la exclusividad con la que se trata a cada paciente considerándolo un ser único con cualidades, características y condiciones que lo diferencia del resto de las personas.

De acuerdo a la milenaria sabiduría china el punto de partida de toda enfermedad está relacionado con una desarmonía energética que afecta el normal desenvolvimiento de las funciones orgánicas, la misma puede tener su origen en una o muchas causas que pueden ser inherentes a aspectos emocionales, psicológicos, ambientales, afectivos o de otra índole y por tanto, deben tomarse en cuenta para un diagnóstico y tratamiento acertado que conduzca al restablecimiento de ese equilibrio energético que se encuentra afectado.

Con esa perspectiva global del paciente y su problema de salud, la MTC aborda el diagnóstico procurando considerar la mayor cantidad de información general acerca del estilo de vida de la persona, su desenvolvimiento cotidiano, profesión, trabajo, responsabilidades, relaciones y por supuesto, las dolencias o molestias físicas que se manifiestan en su cuerpo. A diferencia de la medicina occidental que se enfoca principalmente en constatar las evidencias físicas y determinar los signos o síntomas que manifiesta el paciente, buscando establecer fallas en el funcionamiento fisiológico de algún órgano en particular para luego tratarlo básicamente con medicación farmacológica; en medicina china no se concentra el esfuerzo en el funcionamiento de un solo órgano, pues ese trastorno no es más que el reflejo de un problema que involucra todo el organismo como entidad vital indivisible.

Es por ello que el punto de partida de la evaluación de un paciente en medicina china es la denominada diferenciación de síndromes que busca establecer un panorama global claro de la persona y el desarrollo de la patología que presenta para luego abordar con un tratamiento eficaz y personalizado. De esta forma no se trata de una lista de ítems que el terapeuta en medicina china trata de completar para dar con un diagnóstico, sino más bien la comprensión y estudio junto al paciente de las condiciones internas o externas que están generando un patrón patológico que se evidencia en los síntomas que lo aquejan.

Son variadas las formas en las que el terapista de salud puede diferenciar los síndromes que se corresponden con las condiciones específicas de un paciente, una de las más usuales es  el estudio de los “ocho síndromes principales” que se fundamenta en la teoría de los órganos y vísceras, los canales o meridianos energéticos y la dinámica de las fuerzas vitales ying y yang  en el cuerpo. Con base en ello se consideran cuatro parejas de polos opuestos evidenciados de la siguiente forma:

  • Ying – Yang
  • Interior – Exterior
  • Frio – Calor
  • Insuficiencia – Exceso

Son entonces ocho síndromes que en realidad se corresponden con una categorización del flujo energético Ying-Yang, entendiendo que el Ying se corresponde con lo interno, el frio y la insuficiencia o disminución; mientras que el Yang se manifiesta en lo externo, el calor y el aumento o crecimiento. También puede notarse que todos los aspectos externos son de categoría Yang, mientras que las condiciones internas son propias del Ying.

De esta forma, tomando en cuenta estos ocho síndromes principales es posible evaluar las enfermedades en cuando a su profundidad, si se considera lo interno y lo externo; la naturaleza de su origen, de acuerdo a la condición frio o calor; el nivel de conflicto interno entre órganos diferenciando entre insuficiencia y exceso; y de una manera más global la desarmonía general existente entre las energías Ying y Yang.  

A partir de estas observaciones y con la experiencia del terapista de salud se pueden establecer diagnósticos tan precisos como: “la insuficiencia del Qi del hígado”, “Bloqueo del Qi del bazo”, “insuficiencia del Ying del estómago”, o situaciones que afectan simultáneamente a varios órganos como por ejemplo, “insuficiencia del Ying del riñón relacionado con el exceso de Yang del hígado”, lo cual viene dado a su vez por la intrínseca relación que existe entre los diferentes órganos del cuerpo que en medicina china se comprende muy bien, según la MTC el Ying del riñón nutre el Ying del hígado, por tanto si existe un problema en la energía del primero muy probablemente afectará al segundo.

Además, es importante saber que la MTC observa básicamente “patrones patológicos” y no “condiciones singulares”, por lo cual cuando un especialista de salud china le dice a un paciente que tiene un “estancamiento del Qi del hígado”, de acuerdo a su perspectiva no se refiere solo a un problema del hígado, sino a toda una serie de procesos y patrones que están vinculados con problemas físicos, psicológicos y emocionales, por lo cual al tratar el desequilibrio principal se podrán observar sus repercusiones en síntomas secundarios que probablemente nunca se hubiese pensado que pudieran estar relacionados. Así un paciente tratado en sesiones de acupuntura para equilibrar el Qi del hígado puede observar progresivas mejorías en problemas de depresión, mal humor, síndrome premenstrual, falta de apetito y otros.

Precisamente esta integralidad de la MTC en el tratamiento de las personas enfermas es lo que la convierte en una terapia de salud tan exitosa que prácticamente no posee limitaciones y puede abordar con excelentes resultados problemas tan sencillos como una gripe, una alergia o un orzuelo, como otros más complejos como problemas cardiovasculares, neurológicos o metabólicos.